miércoles, 23 de octubre de 2019

Hunkar begendi (Helmut)

Retomamos el blog después de una larguísima pausa debida a innúmeros factores, cuya exposición ahorraremos al improbable lector. La parte buena es que tenemos una buena reserva de platos con los que hemos ido experimentando durante los últimos tiempos, y nuestra intención es volver a publicarlos con carácter mensual en este espacio.

Este es un plato de origen turco que probamos hace un año en Tesalónica durante nuestro viaje a Grecia y nos encantó. El nombre significa "Al Sultán le gustó", porque al parecer era un manjar muy apreciado por el soberano de la Sublime Puerta. Lo preparamos en casa para Nochevieja, recibiendo los elogios de todos los invitados, y desde entonces lo hemos vuelto a cocinar alguna que otra vez, porque a pesar del proceso laborioso que requiere, el resultado es delicioso.


Para 6 personas

Para el guiso de carne
1 kg de carne de cordero (pierna a ser posible)
1 cebolla grande
2 pimientos verdes
3 tomates
1 bote de tomate triturado
Mantequilla o aceite
Perejil (fresco o de bote)
Sal y pimienta

Para el puré de berenjenas
4 berenjenas grandes
1 vasito de harina
100 gr de mantequilla
100 gr de queso (parmesano)
150 ml de leche
Zumo de 1 limón
Sal y pimienta


Tiempo de preparación total: aprox. 2 horas

Empezamos primero por el guiso de carne: calentar la mantequilla o (mejor) aceite abundante en una cazuela y sofreír la cebolla y los pimientos picados durante unos minutos. Cuando esté hecho, añadir la carne cortada en daditos y dejar que coja color sin dejar de darle vueltas. Añadir el tomate triturado y remover durante unos minutos, añadir también los tomates bien picados y dejar que se hagan. Cuando todo esté ya hecho, añadir agua caliente hasta que cubra y dejar cocer hasta que la carne esté blanda, aproximadamente una hora. Naturalmente, se puede usar la olla exprés para acelerar el proceso.


Con la carne ya preparada, tomamos las berenjenas, las lavamos bien y las pinchamos con un tenedor antes de meterlas en el horno para asarlas. Lo ideal sería hacerlas a la parrilla o con un hornillo de gas para que cojan el sabor del tueste, pero esto también se puede conseguir colocándolas en la parte superior de un horno con función de grill potente. Sacar las berenjenas cuando estén hechas, cortar los rabitos y pelarlas, para después aplastarlas bien con un tenedor en un bol. Es importante no usar una batidora, porque el resultado tiene que quedar bien grumosito. Cuando tengamos algo que se parezca a un puré, añadir el zumo del limón y mezclar bien.

Calentar 100 gr de mantequilla en otra cazuela. Cuando se derrita, añadir la harina poco a poco sin parar de remover para que la mezcla resultante se vaya tostando. No importa si al principio queda un gurruño, pronto se arreglará. Añadir poco a poco la leche, a temperatura ambiente o calentada previamente, y remover bien hasta que la mezcla quede suelta. Dejar cocer a fuego lento durante unos minutos sin dejar de darle vueltas, añadir seguidamente el puré de berenjenas y mezclar bien. Salpimentar la mezcla, echar encima el queso y volver a mezclar.

Para servir el plato, pondremos primero un poco de puré a modo de base para verter después por encima el guiso de carne. También se pueden servir las dos cosas cada una a un lado del plato, pero entonces la presentación no será tan tradicional. No olvidarse de echar un poco de perejil picado por encima (fresco, a ser posible). Afiyet olsun!

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jueves, 13 de abril de 2017

Lasaña de zanahorias con pesto (Helmut)

Echando un vistazo a un libro de cocina vegetariana, un concepto muy popular en Alemania, un servidor encontró este plato rico y alimenticio y sin una pizca de carne, para esos días en que uno, problemas del primer mundo, está ya ahíto de engullir carne después de varias reuniones o encuentros familiares y necesita comer algo que no tenga madre, pero sin quedarse después con hambre. La elaboración es algo larga, pero el resultado merece la pena.

Para 3 o 4 personas

50 gr mantequilla
60 gr harina
160 gr nata agria
500 ml leche
150 gr queso rallado (cheddar, a poder ser)
4 huevos
3 cucharadas de salsa pesto (ya hecha)
750 gr de zanahorias
250 gr (aprox.) de placas de lasaña
Pimienta negra, sal



Tiempo de preparación total: 1 hora y 30 minutos

Calentar la mantequilla en una cazuela, y cuando se funda, añadir la harina. Cocer a fuego lento hasta que la masa coja color y suelte burbujas. Verter la nata agria y un poco de pimienta y remover despacito. Pasados unos minutos, cuando la nata se haya disuelto bien, retirar y echar 100 gr de queso rallado. Dejar enfriar unos minutos, añadir los huevos sin dejar de mover y remover hasta que todo se mezcle bien.

Guardar una tercera parte de la salsa que hemos preparado en un recipiente por separado. Añadir el pesto y las zanahorias peladas y bien picaditas (con máquina casi mejor) al resto de la salsa y remover hasta formar una masa uniforme. En una bandeja para horno impregnada con aceite, verter una tercera parte de la salsa creada y cubrir con placas de lasaña para crear un piso. Proceder otras dos veces de la misma forma hasta conseguir tres pisos, culminando con las placas de lasaña. Echar por encima la salsa que reservamos antes y espolvorear los otros 50 gr de queso.

Dejar reposar durante 10 min para que las placas se ablanden y seguidamente introducir en el horno, precalentado previamente a 150 grados, durante 30 min o hasta que el queso de la parte superior se haya tostado. Al sacar del horno, dejar reposar durante otros 10 min para que no esté ardiendo antes de servir, de esa forma será más fácil de cortar. El invento se puede degustar solo o acompañado de una ensalada sencilla.

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miércoles, 29 de marzo de 2017

Huevos Benedict (Salisbury)

Un plato curioso que descubrimos en Londres hace un tiempo y no tardamos en tratar de reproducir en casa. Lleva bastante trabajo, pero queda muy rico para una cena o comida ligera (o para eso que los horteras llaman brunch).

Para 2 personas

Cuatro huevos
Dos panecillos enteros
6 lonchas de bacon
Espinacas frescas

Para la salsa holandesa:
100 gr. mantequilla
2 yemas de huevo
Zumo de ¼ de limón
Una pizca de sal



Tiempo de preparación total: 45 minutos

Primero se prepara la salsa holandesa. Se funde la mantequilla en un cazo, retirando la espuma que aparece en la superficie, y se deja que temple. 

Se ponen las yemas de huevo en un cuenco y se baten. Cuando empiecen a montar, se añade poco a poco la mantequilla fundida, con cuidado de no echar el suero que queda en el fondo, sin dejar de batir hasta conseguir una crema fina.

Se agrega el zumo de 1/4 limón y una pizca de sal sin dejar de batir. Se reserva en un cuenco.

Se fríe el bacon y se reserva (también se puede hacer al horno, sobre un papel vegetal).

Se lavan las espinacas y se reservan. 

Se pochan los huevos. Para ello se pone a hervir agua en una cazuela. Mientras entra en ebullición, se preparan los huevos de la siguiente manera: sobre un cuenco pequeño se coloca un cuadrado de film de plástico (el que se usa para envolver la comida) con una gotita de aceite. Se casca un huevo y se coloca en el centro del plástico. Se atan los extremos, formando una pequeña bolsita cerrada (no debe entrar el agua). Se repite el proceso para los cuatro huevos.

Cuando el agua esté hirviendo, se echan los paquetitos con los huevos y se baja el fuego. Se dejan cocer unos 4-5 minutos a fuego bajo y luego se sacan y se abren los paquetitos.

Se cortan los panecillos a la mitad y se tuestan.

Una vez preparados todos los elementos por separado (salsa, huevos, bacon, espinacas y pan) se monta todo junto: primero el pan se humedece con un poco de salsa, se coloca encima el bacon, luego las espinacas y por último el huevo. Se añade más salsa por encima y un poco de pimienta, si se desea.

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sábado, 25 de febrero de 2017

Salmón al horno con arroz basmati salvaje (Salisbury)

He aquí una idea insultantemente simple mas socorrida de preparación del salmón.

Para 2 personas

2 lomos de salmón fresco
1 taza de arroz basmati salvaje
Sal, aceite de oliva, eneldo, pimienta rosa


Tiempo de preparación total: 30 minutos

En una bandeja de horno se echa un chorrito de aceite de oliva y se colocan los lomos de salmón previamente salados al gusto. Se condimenta con eneldo y pimienta rosa al gusto también. Se hornea durante 15-20 minutos, hasta que el salmón esté hecho, pero no debe quedar muy seco, sino más bien jugoso.

En una cazuela se cuece el arroz basmati salvaje con la proporción habitual (2 veces y media de agua por una de arroz). ¡No olvidar añadirle sal!


Una vez listos ambos elementos, se combinan en un mismo plato.

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jueves, 26 de enero de 2017

Crema de calabaza con crujiente de jamón (Salisbury)

Otro inventín rico y sencillo, que arregla una comida ligera o una cena.

Para 2 personas

400 g de calabaza de temporada
1 cebolla mediana
3 patatas pequeñas
1 tomate
100 ml de nata de cocinar
Aceite de oliva, sal, nuez moscada
4 lonchas de jamón serrano


Tiempo de preparación total: 45 minutos

Se pela la calabaza y se parte en cubitos, no es necesario que sean muy pequeños. Se pela y se pica la cebolla en trozos no muy pequeños, y lo mismo con las patatas y el tomate.

En una cazuela se pone a calentar el aceite y se rehoga la cebolla y la patata. Cuando estén un poco doraditas, se añade la calabaza y el tomate. Se condimenta con la sal y la nuez moscada. Se rehoga bien durante unos 10-15 minutos, y a continuación se añade agua solo hasta cubrir la verdura al ras. Se deja cocer hasta que la calabaza y la patata estén blandas, unos 15-20 minutos. Se bate, añadiendo la nata poco a poco.

Un poco antes de terminar de cocer la crema, se precalienta el horno a 200º y una vez caliente se coloca un papel vegetal en la rejilla y encima las lonchas de jamón enteras. Se asa durante unos 7-10 minutos, en función de la potencia del horno. El jamón estará en su punto cuando quede crujiente y “tieso”, sin llegar a estar negro y churruscado.

Se sirve la crema en los platos colocando en cada uno una loncha de crujiente de jamón como adorno y acompañamiento.

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jueves, 15 de diciembre de 2016

Vino caliente casero (Helmut)

Nos atrevemos con la delicia más emblemática de los mercadillos de Navidad, el “Glühwein”, que no es más que un vino caliente con especias, pero da la vida cuando uno lleva varias horas paseando por el centro de una ciudad a mediados de diciembre y empieza a quedarse amoratado del frío.

La receta es tan simple como calentar un vino peleón y añadirle algunos ingredientes, pero no nos resistimos a publicarla por eso de que en Alemania no hay nada mejor a lo que dedicar las tardes entre el 5 y el 23 de diciembre.

Para 3 o 4 personas

1 botella de vino tinto (mediano sin ser innoble, nivel kalimotxero estándar)
3 cucharadas soperas de azúcar
1 saquito de especias: incluir canela, piel de naranja, malagueta y clavo


Tiempo de preparación total: 20 minutos

Llevar a ebullición el vino tinto en un cazo apropiado, tras añadir el azúcar y un saquito de tela o similar bien cerrado en el que hayamos depositado las especias. Estos saquitos pueden comprarse ya hechos, que es la opción más cómoda, o uno mismo puede fabricarlos añadiendo ingredientes a su gusto, lo que viene a ser la variante más creativa.

Dejar hervir bajando un poco el fuego durante 5 minutos y seguidamente retirar del hornillo para que repose durante otros 10. Servir aún caliente, preferiblemente en una taza bien cuqui que se pueda usar para calentarse las manos en las frías noches invernales.

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jueves, 24 de noviembre de 2016

Solomillo de cerdo con salsa de queso azul (Salisbury)

Este invento sencillísimo y rápido a la par que contundente y super rico lo hemos pergeñado ya varias veces, sin llegar nunca a publicarlo en el blog. Es ideal para una de esas comidas de sábado o domingo en las que uno necesita un par de chupitos para lograr levantarse de la mesa.

Para 2 personas

1 solomillo de cerdo
200 ml de nata para cocinar
30 g de mantequilla
150 g de queso azul
Sal, aceite de oliva, pimienta negra


Tiempo de preparación total: 20 minutos

Se corta el solomillo en lonchas, se salpimenta al gusto. Se fríe en una sartén con aceite de oliva.

En otra sartén se calienta a fuego medio la mantequilla hasta que se derrita. Entonces se añade el queso azul, deshaciéndolo poco a poco con una cuchara de madera. Una vez desecho se añade la nata y se deja cocer unos minutos. Se corrige de sal.

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